Obra Social

OBRA SOCIAL ESGLÉSIA EVANGÈLICA DE PREMIÀ DE MAR

Desde sus primeros inicios, allá por 1957, L’Església Evangèlica de Premià de Mar siente la necesidad de ayudar a personas necesitadas en la ciudad. Pero será a partir de su constitución e inauguración de su templo en 1972 en la Calle Joan Prim 131 cuando se inicia un programa de asistencia social.

Con el cambio de ciclo económico y la llegada de emigrantes a finales de los 70 nuestra iglesia intensifica este ministerio y se convierte de hecho en una de las entidades de la ciudad que más ayuda asistencial presta a la ciudad. Básicamente es ayuda alimentaria y ropa. Su templo se abre para dar cobertura a su distribución, y decenas de personas vienen a recogerla. Buena parte de la congregación hace de voluntaria.

La evolución de este servicio crece tanto que los hermanos  tienen que alquilar en 2009. un local en el Barrio del Cotet y multiplica sus voluntarios  para centralizarlo. 

La iglesia era receptora oficial del Banco de Alimentos de la Comunidad Europea y estaba reconocida como tal por el Ministerio de Agricultura de España y la Generalitat de Catalunya y en 2015 comienza a derivar parte de su banco de alimentos a favor de DISA, que estaba en sus inicio y que se constituye formalmente El 11 Enero de 2016.

Una vez constituida DISA, L’Església Evangélica de Premia de Mar renuncia a ser receptora única del Banco de Alimentos y lo cede definitivamente a favor de DISA, de la que forma parte como miembro constituyente, con la que participa activamente en el voluntariado, implicados activamente en la distribución alimentaria, atención higiénica, etc. y en las recogidas masivas de alimentos en los centros comerciales de la zona.

L’Església Evangèlica sigue manteniendo su departamento  de ayuda social dirigido a miembros y amigos en exclusión social de su propio entorno social, incluyendo  becas a favor de niños para que puedan asistir a campamentos de verano y otras iniciativas puntuales.

Además, L’Església Evangèlica de Premia de Mar mantiene, a través de su predicación y enseñanza, la denuncia social contra la discriminación y la pobreza, poniendo en valor las acciones de Jesucristo a favor de los más pobres, aunque a veces, nuestra aportación sea muy pequeña respecto a las inmensas necesidades. Traemos a Jesús nuestros cinco panes de cebada y los dos peces como hiciera aquel  niño, y así como en aquella histórica ocasión  vemos cómo El Señor los sigue  multiplicando.